Introducción

En estas notas quiero poner a tu disposición algunas técnicas y efectos en los que
considero que he podido contribuir con interesantes aportaciones, después de más de
treinta años dedicados a esta rama de la magia en la que “la baraja” es el elemento
protagonista.

Con estas técnicas he podido desarrollar los juegos y la forma de presentar la “Magia
con cartas” que desde mis inicios en la práctica de este arte deseé realizar.
Si lo he conseguido, creo que se debe a la elección de estas “herramientas” que, bien
seleccionadas para cada labor que nos proponemos realizar, nos permiten la creación y
ejecución de estos milagros que llamamos “efectos” de magia.

Como casi todo está inventado, solo puedo decir que lo que os muestro en estas notas, si
no es nuevo, al menos es distinto de lo que yo he visto y leído y espero no haber
cambiado ninguna de las “joyas” sobre las que he puesto mis manos “a peor”.
Francamente creo que no ha sido así, a juzgar por los comentarios que me han llegado
de tantos colegas.

Como en mi caso, espero que también el lector asimile esta entrega inicial, a la que con el
tiempo podrá ir sumando otros muchos detalles técnicos y de presentación basados en el
contenido de estas notas, detalles que espero poder compartir en un futuro próximo.
Dámaso Fernández

 La primera vez que tuve la suerte de conocer a
Dámaso, no pude evitar desconectarme de la realidad.
Su magia era diferente a la de los otros magos,
su enfoque creativo aportaba un elemento nuevo
(incluso en los efectos clásicos). Todos los elementos
estaban empleados con naturalidad para invitarme a vivir un momento
excepcional. Uno de esos momentos tan raros en los que nada existe tal
como nosotros lo conocíamos.

Instintivamente, sabía que estaba frente a un Maestro. ¡En uno de esos
momentos en que nos sentimos tan pequeños!
Desde este primer encuentro que marcó mi existencia de artesano de la
ilusión, Dámaso no ha dejado de crecer. Su presencia, su naturalidad,
su gestualidad, su capacidad para engañarnos, han evolucionado con el
tiempo.

¡Como el buen vino que se vuelve cada vez más sabroso!
Dámaso tiene el perfil del artista que jamás se satisface con sus
conocimientos. Busca sin cesar cómo mejorar una técnica, hacerla más
natural e invisible.

Su “deslizamiento de la carta doble” es un ejemplo perfecto. Da igual
que el espectador sea un profano o un profesional de la magia, le será
imposible notar la diferencia entre el movimiento verdadero y el
movimiento secreto

La estructura de la rutina que utiliza para demostrar la fuerza de esta
técnica está perfectamente construida: ¡cuanto más cerca del lomo del
paquete se coloca la carta, menos tiempo necesita para llegar arriba!
Un ardid psicológico que tiene el poder de reforzar el efecto mágico.
Cuanto más avancemos en su mundo, mayor acceso tendremos a la
manera de concebir su magia, llena de pequeños y precisos detalles que
marcan la diferencia.

¡Es todo esto lo que le hace único!
Observen el juego de “los comodines que atrapan una carta” y verán
que la revelación de la carta elegida entre los dos comodines es un claro
ejemplo de lo que acabo de decir.

La técnica del “Pase Dámaso” nos va a permitir realizar increíbles
engaños que se escapan del análisis mental de los espectadores.
La rutina del “Agua y aceite” es una obra de arte con una apariencia
de sencillez que envolverá al público en una poderosa ilusión visual.
Pero recuerden que “simple” no quiere decir “fácil”. Habrá que
trabajar muchas horas para llegar a la perfección y desenvoltura
necesarias.

Podría continuar hablando de otros efectos y técnicas que
descubriremos en estas preciosas “notas de conferencia”, pero voy a
pararme aquí.

Creo que mis palabras deben dejar paso a Dámaso, un gran artista que
nos muestra el camino de la magia auténtica, la que parece surgir por
vías sobrenaturales, en esa atmósfera mágica que definía nuestro
maestro Arturo de Ascanio, cuando el público no puede ver, ni siquiera
sospechar las causas secretas de lo que está viendo.
¡Un lugar en el tiempo donde la verdadera magia – la posibilidad de
hacer milagros – parece estar presente.

¡Este es el camino que Dámaso escogió hace muchos años y que “hoy”
nos ofrece generosamente.
¡Suerte y felicidad!